llevar discordia a los “filisteos”
Carta del general Miguel Negrete (1864)
Texto introductorio y notas de Carlos Recio Dávila
La Intervención Francesa en nuestro país (1862-1867) tuvo como origen la suspensión de deudas contraídas con casas mercantiles y ciudadanos extranjeros que declaró Benito Juárez, recién ingresado a la presidencia, en 1861. La crisis económica del país se debía al estancamiento de la agricultura, la minería, la industria y el comercio, que había provocado la guerra de Tres Años (1858-1860) entre liberales y conservadores.
La guerra contra Francia y el consecuente establecimiento del Imperio de Maximiliano de Habsburgo motivaron la publicación de una significativa cantidad de libros que analizan este periodo histórico. En la Biblioteca Nacional de Francia, en París, localizamos el libro intitulado Révélations sur l'intervention française au Mexique de 1866 à 1867, de F. de la Barreyrie; fue publicado en 1868, un año después de la muerte de Maximiliano y, por tanto, del fin del Imperio Francés en México.
Entre los documentos que esta obra reproduce, aparece una carta escrita por el militar Miguel Negrete a D. Domingo Cabrera en agosto de 1864. En ella menciona la relación existente entre los mexicanos de algunas poblaciones del noreste del país con los franceses que avanzaban hacia Saltillo, provenientes de Matehuala. En ese tiempo, la capital de Coahuila estaba a punto de ser abandonada por Benito Juárez.
Miguel Negrete era un antiguo conservador que se había aliado con los republicanos y destacaría como militar en la lucha contra el imperio.
El 5 de mayo de 1862, durante la Batalla de Puebla, Negrete defendió el fuerte de Guadalupe con mil 200 soldados y dos baterías de campaña y montaña. En los combates de ese día, Negrete, junto con Felipe Berriozábal y los zacapoaxtlas, rechazó varias veces a los marinos y zuavos franceses. (Florescano, p. 152)
Maximiliano había llegado a la Ciudad de México en junio de 1864. En agosto, los franceses, bajo el mando del General Castagny, ocuparon Saltillo sin presentar combate pues Negrete y Quiroga, con sus tropas, abandonaron previamente la fortificación que habían levantado en la Angostura con la intención de repeler las fuerzas invasoras que avanzaban desde Matehuala. Negrete y Quiroga abandonaron la fortificación el 17 de agosto de 1864, día en que los franceses llegaron a Agua Nueva. Vid. Achille Cibot (12 de noviembre de 1864) “Expedición por las provincias del norte de México. (Nuevo León y Coahuila)” traducción publicada en La Gazeta del Saltillo. Publicada originalmente en L’Illustration, Journal Universel, Paris.
La carta de Negrete que presentamos a continuación fue escrita el 25 de agosto de 1864 en Parras. En la misiva, el general mexicano hace notar, con disgusto, la proclividad de algunos ciudadanos a simpatizar, o al menos realizar intercambios comerciales, con el ejército francés. Esta situación deja entrever que, al igual que durante la guerra contra los Estados Unidos, ocurrida 17 años atrás, muchos mexicanos no ofrecieron gran resistencia contra los invasores (no estaban tampoco en condición de ejercerla) e incluso algunos colaboraron con ellos, ya fuera por intereses políticos o económicos, incluso por convicción.
Las tropas extranjeras habrían de retirarse del país en 1866, y el Imperio tuvo su fin con el fusilamiento de Maximiliano en Querétaro. A partir del triunfo de los republicanos en 1867, muchos ciudadanos franceses, que radicaban en algunas ciudades el país desde antes de la intervención y que eran propietarios de comercios o negocios, fueron duramente reprimidos por el gobierno de Juárez.
Algunos extranjeros regresaron a Francia. Los que permanecieron en México, al igual que otros europeos, hubieron de adoptar la nacionalidad mexicana.
La carta que presentamos fue redactada por Negrete en Parras, a cinco días de que las fuerzas francesas ocuparan Saltillo, en agosto de 1864. Los franceses permanecieron en Coahuila durante dos años. Ocuparon Saltillo del 20 de agosto de 1864 al 6 de agosto de 1866. En ese mismo mes Maximiliano y Carlota arribaban a la Ciudad de México para establecer el Segundo Imperio en nuestro país.
Desconocemos dónde se localiza actualmente el documento original, si acaso existe todavía. La copia de la que disponemos se trata de una traducción hecha del español al francés y publicada en el libro de F. de la Barreyrie. De manera que hemos hecho una labor de traducción del documento del francés al español para restituirlo a su lengua original.